Official data indicate that, at least until December 19, the security forces registered 60,452 arrests, representing 0.95% of Salvadorans.
According to the latest Multipurpose Household Survey, the total population of El Salvador is 6,325,827.
According to Zaira Navas, legal chief of the humanitarian organization Cristosal, “before the beginning of the exception regime, El Salvador already had a high overpopulation and a high rate of overcrowding” in prisons.
Navas explained to EFE that “by 2021, the prisons reported an installed capacity of 32,000 people”, but the number of prisoners was “much higher.”
Data from the General Directorate of Penal Centers indicate that in 2021 the total number of prisoners was 36,515, an overcrowding of 118%.
He said that with the detentions during the regime of exception, “we are talking about an overpopulation that exceeds 300 % of the detained persons,” and “this makes both the control of the penitentiary centers unfeasible as well as the life itself in prison,” he added.
However, he stressed that “probably these 60,000 people reported by the government are not necessarily already detained” since they would also be detaining people who received parole or “were dismissed or acquitted” of charges.
“This does not give confidence in the figures reported by the government. However, the number of people always detained greatly exceeds the capacity of the prisons”, said the lawyer.
She recalled that they have also “repeatedly denounced the number of people who die inside the centers and are concerned about the number of people who are being buried in mass graves and that their relatives are not informed.”
Since March, when Congress approved the suspension of several constitutional guarantees at the request of the Executive of Nayib Bukele, at least 90 people have died in state custody.
For Celia Medrano, human rights defender, the “regime of exception consolidates authoritarianism in El Salvador through the normalization of illegality, unconstitutionality, and arbitrariness.”
She told EFE that, in her opinion, this occurs “through the imposition of militarization in all social, economic, and political spheres of the country.
“This produces a climate of impunity and is imposed based on fear since there is no rule of law since all state institutions are co-opted, anyone can be a victim of arbitrariness,” he said.
Medrano foresees that in 2023 “the Government would impose new penalties that would allow it to continue with the militarization of public security without sustaining one more year the condition of the regime of exception.”
“It will become clearer that the real intention is not to guarantee sustainable results in the security of the majority of the population, but to sustain a permanent state of subjugation through fear and impunity, particularly against any critical voice,” he warned.
According to President Bukele, with the exception regime, the Government is getting closer to winning the so-called “war against gangs.”
Detenciones en régimen de excepción representan cerca del 1 % de salvadoreños
Los datos oficiales indican que, al menos hasta el 19 de diciembre, los cuerpos de seguridad registraron 60.452 arrestos, que representarían el 0,95 % de los salvadoreños.
Según la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, la población total de El Salvador es de 6,325,827.
De acuerdo con Zaira Navas, jefa jurídica de la organización humanitaria Cristosal, “antes del inicio del régimen de excepción, El Salvador ya tenía una alta sobrepoblación y un gran índice de hacinamiento” en las prisiones.
Navas explicó a EFE que “para 2021 los centros penales reportaban una capacidad instalada de 32.000 personas”, pero el número de presos era “mucho mayor”.
Datos de la Dirección General de Centros Penales indican que en 2021 el total de privados de libertad era de 36.515, un hacinamiento del 118 %.
Dijo que con las detenciones durante el régimen de excepción “estamos hablando de una sobrepoblación que rebasa el 300 % casi de las personas detenidas” y “esto hace inviable tanto el control de los centros penitenciarios, como la vida misma en la cárcel”, acotó.
Sin embargo, subrayó que “probablemente estas 60.000 personas que reporta el Gobierno no necesariamente están detenidas ya”, dado que se estaría deteniendo también a personas que recibieron la libertad condicional o “fueron sobreseídas o absueltas” de cargos.
“Esto obviamente no da confianza en las cifras que el Gobierno reporta. No obstante, siempre la cantidad de personas detenidas rebasa en gran manera la capacidad de los Centros Penales”, dijo la letrada.
Recordó que también han “denunciado reiteradamente la cantidad de personas que fallecen al interior de los centros y que les “preocupa la cantidad de personas que están siendo enterradas en fosas comunes y que no se les informa a los familiares”.
Desde marzo, cuando el Congreso aprobó a petición del Ejecutivo de Nayib Bukele la suspensión de varias garantías constitucionales, son al menos 90 las personas fallecidas en custodia estatal.
Para Celia Medrano, defensora de derechos humanos, el “régimen de excepción consolida en autoritarismo en El Salvador mediante la normalización de la ilegalidad, la inconstitucionalidad y la arbitrariedad”.
Dijo a EFE que, a su juicio, esto se da “a través de la imposición de la militarización de todas las esferas sociales, económicas y políticas del país.
“Esto produce un clima de impunidad y se impone a partir del miedo, puesto que no existiendo un régimen de derecho al estar cooptada toda la institucionalidad estatal, cualquiera puede ser víctima de la arbitrariedad”, dijo.
Medrano prevé que en 2023 “el Gobierno impondría nuevas penalidades que le permitan continuar con la militarización de la seguridad publica sin sostener un año más la condición de régimen de excepción”.
“Quedará más claro que la intencionalidad real no es garantizar resultados sostenibles en la seguridad de la mayoría de la población, sino el de sostener un estado permanente de sometimiento a través del miedo e impunidad, en particular contra cualquier voz crítica”, advirtió.
De acuerdo con el presidente Bukele, con el régimen de excepción el Gobierno se acerca a ganar la llamada “guerra contra las pandillas”.