The Salvadoran government extended until December 31, 2023, the use of the Armed Forces of El Salvador in public security tasks carried out by the National Civil Police (PNC) by executive decree approved on December 12 and in force since December 20, 2022.
The government argues that they have positive results in the Territorial Control Plan, so it is “recommendable and necessary the continuity of the participation of the Armed Forces in its implementation and sustainability.”
Currently, military troops support plans related to the exception regime in force since March 27, 2022, after a massacre allegedly provoked by gangs as pressure on the government.
The regime allows for the suspension of three constitutional rights in El Salvador: privacy of telecommunications, maximum detention period of 72 hours, and the right to be informed of rights and reasons for detention, as well as the guarantee of defense counsel.
The “Special Transitory Provisions for the Participation of the Armed Forces in Internal Peacekeeping Operations,” approved on November 25, 2019, will apply until December 31, 2023, according to the approved reform.
These provisions allow the Armed Forces to participate in joint patrols for the prevention, deterrence, and detention of members of organized crime structures and common crime throughout the national territory.
It also allows them to guard the national border, reinforce the external perimeter security of penitentiary, intermediate and juvenile centers, and collaborate in the custody and security of the same; and in the control of the entrance and exit of these penitentiary centers, as well as the perimeter protection of educational centers.
The President, the Minister of Justice and Security, Héctor Gustavo Villatoro, and the Minister of Defense, René Francis Merino Monroy, signed the decree.
According to the Constitution, the Council of Ministers and the President may use the Armed Forces for the maintenance of internal peace, tranquility, and public security, limited “to the time and extent strictly necessary for the re-establishment of order” and “shall cease as soon as this task has been achieved.”
However, the Constitution indicates that public security will be in charge of the National Civil Police (PNC) “independent from the Armed Forces” and “per the law and with strict respect for human rights”; and that the President of the Republic must organize the PNC to guarantee peace, tranquility, order and public security while respecting human rights.
The president assured that they would double the Armed Forces in five years starting July 19, 2021, when he assured they had 20,000 military troops.
Gobierno dispondrá de Fuerza Armada en 2023 para seguridad pública
El gobierno salvadoreño prolongó hasta el 31 de diciembre de 2023 el uso de la Fuerza Armada de El Salvador en tareas de seguridad pública desarrolladas por la Policía Nacional Civil (PNC), por decreto ejecutivo aprobado el 12 de diciembre y vigente desde el 20 de diciembre de 2022.
El gobierno argumenta que tienen resultados positivos en el Plan Control Territorial, por lo que es “recomendable y necesaria la continuidad de la participación de la Fuerza Armada en su implementación y sostenibilidad”.
Actualmente los efectivos militares apoyan planes relacionados al régimen de excepción vigente desde el 27 de marzo de 2022, luego de una matanza provocada supuestamente por las pandillas como presión al gobierno.
El régimen permite la suspensión de tres derechos constitucionales en El Salvador: privacidad de las telecomunicaciones, periodo máximo de detención de 72 horas y derecho a ser informado de derechos y razones de detención, así como garantía de asistencia de defensor.
Las “Disposiciones especiales transitorias para la participación de la Fuerza Armada en operaciones de mantenimiento de la paz interna” aprobadas desde el 25 de noviembre de 2019 se aplicarán hasta el 31 de diciembre de 2023 según la reforma aprobada.
Estas disposiciones permiten a la Fuerza Armada participar en patrullajes conjuntos de prevención, disuasión y detención de miembros de estructuras del crimen organizado y delincuencia común en todo el territorio nacional.
También, les permite resguardar la frontera nacional, reforzar la seguridad perimetral externa de centros penitenciarios, intermedios y de menores, y colaborar en la custodia y seguridad de los mismos; y en el control de ingresos y egresos de estos centros penitenciarios, así como de la protección perimetral de los centros educativos.
El decreto fue firmado por el mandatario, el ministro de Justicia y Seguridad, Héctor Gustavo Villatoro, y el ministro de la Defensa, René Francis Merino Monroy.
De acuerdo a la Constitución, el Consejo de Ministros y el presidente puede disponer de la Fuerza Armada para el mantenimiento de la paz interna, la tranquilidad y la seguridad pública, limitando “al tiempo y a la medida de lo estrictamente necesario para el restablecimiento del orden” y “cesará tan pronto se haya alcanzado ese cometido”.
Sin embargo, la Constitución indica que la seguridad pública estará a cargo de la Policía Nacional Civil (PNC) “independiente de la Fuerza Armada” y “con apego a la ley y estricto respeto a los derechos humanos”; y que el presidente de la República debe organizar a la PNC para garantizar la paz, tranquilidad, el orden y la seguridad pública respetando los derechos humanos.
El presidente aseguró que duplicarán la Fuerza Armada en cinco años iniciando el 19 de julio de 2021, fecha en que aseguró tenían 20,000 efectivos militares.