Buying back bonds does not solve El Salvador’s structural problems, according to an S&P analyst / Recomprar bonos no soluciona problemas estructurales de El Salvador, según analista de S&P

Oct 4, 2022

Patricio Vimberg, associate director of Sovereign Ratings at Standard & Poor's, explained why El Salvador continues to maintain negative ratings to El Diario de Hoy. — Patricio Vimberg, director asociado de Calificación Soberana en la agencia Standard & Poor’s, explicó a El Diario de Hoy las razones por las que El Salvador sigue manteniendo calificaciones negativas.

“The low credit rating of CCC+, with a negative outlook, reflects the vulnerabilities that El Salvador has,” is one of the first comments that the associate director of the Sovereign Rating area of Standard & Poor’s agency, Patricio Vimberg, made recently in an interview with El Diario de Hoy.

The specialist in risk rating, especially in Central American countries, gave his opinion on the financial and fiscal situation of the country and how this is related to recent actions such as the partial debt repurchase operation executed by the government last month.

In this sense, Vimberg points out that several of the factors that influence the rating assigned by agencies such as the one he represents are related to “structural problems,” such as being a country with low income, which depends heavily on short-term debt (placement of Treasury Certificates and Treasury Bills, called CETES and LETES, respectively), or having a weak institutional framework and a system of checks and balances that “was already weak even from previous governments.”

To put in perspective, El Salvador’s credit rating has been, for more than a year, in the category of “junk bonds,” that is, a range in which the expectations that the country can assume its debt commitments are negative, as other agencies such as Fitch Ratings and Moody’s also maintain a low rating for the country.

This CCC+ rating with negative perspectives assigned by S&P in June of this year and recently reaffirmed leaves the country at the bottom of the ratings in Central America since even Nicaragua, a country that lives under a consolidated dictatorial regime has a better rating (B-) with a stable outlook.

The grades assigned by these agencies go by levels; in the case of S&P, the highest is AAA, while the lowest before falling into default is D. El Salvador is two ranks away from falling into this situation due to the risk of not being able to pay the 2023 Bond corresponding to $800 million that matures in January of next year.

This bond, which together with the 2025 bond adds up to $1.6 billion, has depreciated in the markets after some decisions of the Bukele government, such as the dismissal of five Supreme Court magistrates and the adoption of Bitcoin, both events in 2021.

Because of that depreciation, in July of this year, the government announced the repurchase operation, which,according to Vimberg, is an “opportunistic operation,” as the government took advantage of the low price to try to save some money. In the end, it only managed to buy 16% of the nearest bond and just over 54% of the 2025 bonds, which means that, by January 2023, the government will still have to have some $666.9 million to pay off its debt.

EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/recomprar-bonos-no-soluciona-problemas-estructurales-pais-analista-stadard-poors/1003906/2022/

Recomprar bonos no soluciona problemas estructurales de El Salvador, según analista de S&P

“La baja calificación crediticia de CCC+, con perspectiva negativa, refleja las vulnerabilidades que tiene El Salvador”, es uno de los primeros comentarios que el director asociado del área de Calificación Soberana de la agencia Standard & Poor’s, Patricio Vimberg, hizo recientemente en una entrevista con El Diario de Hoy.

El especialista en calificación de riesgo, sobre todo de países centroamericanos, opinó sobre la situación financiera y fiscal del país y cómo esta se relaciona con acciones recientes como la operación de recompra parcial de deuda que ejecutó el gobierno el mes pasado.

En este sentido, Vimberg apunta que varios de los factores que influyen en la calificación que asignan las agencias como la que él representa se relacionan a “problemas estructurales”, tales como ser un país con ingresos bajos, que depende mucho de la deuda de corto plazo (colocación de Certificados y Letras del Tesoro, llamados CETES y LETES, respectivamente), o tener una institucionalidad débil y un sistema de contrapesos que “ya era débil incluso desde gobiernos anteriores”.

Para poner en perspectiva, la calificación crediticia de El Salvador se encuentra, desde hace más de un año, en la categoría de “bonos basura”, es decir, un rango en el que las expectativas de que el país pueda asumir sus compromisos de deuda son negativas, pues otras agencias como Fitch Ratings y Moody’s también mantienen una baja nota para el país.

Esa calificación de CCC+ con perspectivas negativas que asignó S&P en junio de este año, y que reafirmó recientemente, dejan al país a la cola de las calificaciones en Centroamérica, pues incluso Nicaragua, país que vive bajo un régimen dictarorial ya consolidado, tiene una mejor calificación (B-) con perspectiva estable.

Las notas que estas agencias asignan van por niveles, en el caso de S&P la más alta es la AAA, mientras que la más baja antes de caer en el impago es la D. El Salvador se encuentra a dos rangos de caer en esa situación debido al riesgo de no poder pagar el Bono 2023 correspondiente a $800 millones que vence en enero del próximo año.

Ese bono, que junto al de 2025 suman unos $1,600 millones, sin embargo, se han depreciado en los mercados tras algunas decisiones del gobierno de Bukele, como lo fue la destitución de cinco magistrados de la Corte Suprema y la adopción del Bitcoin, ambos sucesos en 2021.

Por esa depreciación es que en julio de este año el gobierno anunció la operación de recompra, algo que según Vimberg es una “operación oportunista”, pues el gobierno aprovechó el bajo precio para intentar ahorrar algo de dinero, aunque al final solo logró comprar un 16% del bono más próximo y poco más del 54% de los bonos de 2025, lo que significa que, para enero de 2023 el gobierno aún tendrá que disponer de unos $666.9 millones para saldar su deuda.

EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/recomprar-bonos-no-soluciona-problemas-estructurales-pais-analista-stadard-poors/1003906/2022/