Before the United Nations General Assembly, the President of the Republic, Nayib Bukele, offered this Tuesday a speech in which he made numerous invocations to the sovereignty and freedom of El Salvador to choose its destiny.
He also highlighted his security policy and affirmed that “El Salvador has gone from being the most violent country in the world to being the safest in the Americas.”
With this, the president defended -without mentioning it- the exception regime that has been in force in El Salvador for almost six months. Although there has been a decline in homicide figures, this policy has been the target of numerous condemnations for serious human rights violations.
In almost six months, there have been thousands of reports of violations of fundamental rights and abuses of power in El Salvador. These include arbitrary arrests, stigmatization of people based on their appearance or area of residence, torture in prisons, cruel treatment, and even deaths in custody. In addition, families report that they are not given information about their relatives.
Bukele complained that powerful countries are interfering in what he considers something that “is working for the first time” regarding security. “The rich neighbor has no authority to tell his poor neighbor to go back to the past,” he said.
The Salvadoran president added that he arrived at the podium “in a format in which I no longer believe to say something that in any case does not change how powerful countries see others but perhaps changes how small countries see ourselves.”
And he concluded, “Maybe in time other nations and other peoples will emerge who will also decide to fight for their freedom. Then the United Nations will have become relevant again, at least to this humble servant.”
Bukele reclama soberanía ante la ONU mientras el mundo condena violaciones a derechos humanos en El Salvador
Ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de la República, Nayib Bukele, ofreció este martes un discurso en el que hizo numerosas invocaciones a la soberanía y a la libertad de El Salvador de elegir su propio destino.
Asimismo, destacó su política de seguridad y afirmó que “El Salvador ha pasado de ser el país más violento del mundo a estar en camino a ser el más seguro de América”.
Con esto, el mandatario defendió –sin mencionarlo– al régimen de excepción vigente en El Salvador desde hace casi seis meses. Si bien ha habido un declive en cifras de homicidios, esta política ha sido blanco de numerosas condenas por serias violaciones a derechos humanos.
En casi seis meses, en El Salvador ha habido miles de denuncias de violación a derechos fundamentales y abusos de poder. Entre ellas, se señala capturas arbitrarias, estigmatización de personas en virtud de su apariencia o su zona de residencia, torturas en los centros penales, tratos crueles y hasta muerte de personas bajo custodia. Además, familias señalan que no se les da información sobre sus parientes.
Bukele se quejó de que países poderosos estén interfiriendo en lo que él considera algo que “está funcionando por primera vez” en materia de seguridad. “El vecino rico no tiene ninguna autoridad de decirle a su vecino pobre que regrese al pasado”, reclamó.
El mandatario salvadoreño agregó que llegó al podio “en un formato en que ya no creo para decir algo que de todas maneras no cambie la forma en que los países poderosos ven a los demás pero quizá cambie la forma en que los países pequeños nos vemos a nosotros mismos”.
Y concluyó: “Tal vez con el tiempo surjan otras naciones y otros pueblos que también decidan luchar por su libertad. Entonces las Naciones Unidas habrán vuelto a ser relevantes, al menos para este humilde servidor”.