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One morning in early May, armed policemen turned up at Elizabeth’s modest home in rural El Salvador and arrested her son.

“They told him they were taking him away to be investigated,” said Elizabeth, 65, who runs a small shop in a gang-controlled area outside Santa Ana, a city about 40 miles (65 km) from the capital.

In the three months that followed, seven more family members were arrested, her sister, brother and five nephews – innocent victims, she said, of a crackdown on gang violence by President Nayib Bukele that has led to tens of thousands of arrests.

The day her sister was arrested, Elizabeth said she had arrived at her sister’s home to find her lying on the ground surrounded by police.

“I asked a policeman why they were taking away my sister and he replied, ‘She’s mouthy’,” said Elizabeth, whose surname has been withheld to protect her identity.

Police authorities did not immediately respond to a request for comment.

Since March, security forces have arrested nearly 51,000 people, mostly young men from poor neighborhoods, for allegedly belonging to or collaborating with the Central American nation’s notorious gangs. Most are in jail on pre-trial detention.

The full text is available in English…

Trust: https://news.trust.org/item/20220902142631-uj9eh/

La guerra de El Salvador contra las pandillas deja a las familias pobres en la cuerda floja

Una mañana de principios de mayo, policías armados se presentaron en la modesta casa de Elizabeth, en la zona rural de El Salvador, y detuvieron a su hijo.

“Le dijeron que se lo llevaban para investigarlo”, cuenta Elizabeth, de 65 años, que regenta una pequeña tienda en una zona controlada por las bandas en las afueras de Santa Ana, una ciudad situada a unos 65 km de la capital.

En los tres meses siguientes, fueron detenidos otros siete miembros de su familia, su hermana, su hermano y cinco sobrinos, víctimas inocentes, según ella, de la represión de la violencia de las bandas por parte del Presidente Nayib Bukele, que ha dado lugar a decenas de miles de detenciones.

El día que detuvieron a su hermana, Elizabeth dijo que llegó a su casa y la encontró tirada en el suelo rodeada de policías.

“Le pregunté a un policía por qué se llevaban a mi hermana y me contestó: ‘Es una bocazas'”, dijo Elizabeth, cuyo apellido no se ha revelado para proteger su identidad.

Las autoridades policiales no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Desde marzo, las fuerzas de seguridad han detenido a casi 51.000 personas, en su mayoría hombres jóvenes de barrios pobres, por su presunta pertenencia o colaboración con las conocidas bandas del país centroamericano. La mayoría están en prisión preventiva.

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