In December of last year, the Treasury Department in Washington sanctioned Osiris Luna Meza, chief of prisons in El Salvador, and Carlos Marroquín, a Presidential House official through the Office of Foreign Assets Control (OFAC), for being part of “serious transnational criminal activities, including drug trafficking, kidnapping, human smuggling and smuggling, murder, extortion, and blackmail,” among other crimes. Those crimes, the Americans say, occurred as part of a scheme to facilitate secret meetings with jailed gang leaders in El Salvador now claimed by the United States.
In all these meetings, US federal agents say, Luna and Marroquín acted “on behalf of the Bukele government.”
Qué hay detrás del temor de Nayib Bukele a extraditar a los líderes pandilleros que reclama Estados Unidos
En diciembre del año pasado, el Departamento del Tesoro en Washington sancionó a Osiris Luna Meza, jefe de prisiones de El Salvador, y a Carlos Marroquín, funcionario de Casa Presidencial a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC en inglés), por ser parte de “actividades criminales transnacionales graves, incluidos el tráfico de drogas, el secuestro, el tráfico y la trata de personas, el asesinato, la extorsión y el chantaje”, entre otros delitos. Esos crímenes, dicen los estadounidenses, ocurrieron como parte de un esquema para facilitar reuniones secretas con los líderes pandilleros encarcelados en El Salvador que ahora reclama Estados Unidos.
En todas esas reuniones, aseguran los agentes federales estadounidenses, Luna y Marroquín actuaron “en nombre del gobierno de Bukele”.