José Miguel Vivanco, a renowned human rights defender, told El Diario de Hoy that the Salvadoran president represents one of those cases where he intends to use his popularity as a license to do whatever he wants without fear of any reprisal.
Recently, he called him an “authoritarian and popular populist” in one of his tweets. When consulted by EDH on that label, Vivanco recalled that Bukele had harassed and attacked officials such as the judges of the Constitutional Chamber, whom, after a while, he managed to shake from their positions to have a court tailored to him.
This, he reiterates, is symptomatic of leaders who “deliberately confuse popularity, after the polls, they make, with legitimacy,” in such a way that they govern arbitrarily and authoritarianly.
The excuse of these authoritarian rulers, he continues, is that they are still popular and argue that being popular allows them not to be accountable to anyone. “They have no margins or limits for the exercise of power,” he laments.
And while this is a criticism that this Chilean expert has made throughout Bukele’s presidency, this has been aggravated by the current emergency regime approved in El Salvador in the early hours of March 27. In addition, the Legislative Assembly has given express action to numerous other reforms that increase penalties for crimes by gangs and regulations that are ambiguous and could be used to criminalize criticism or defend human rights.
“Bukele argumenta que ser popular le permite no rendir cuentas”, señala José Miguel Vivanco
José Miguel Vivanco, renombrado defensor de derechos humanos, dijo a El Diario de Hoy que el presidente salvadoreño representa uno de esos casos donde pretende utilizar su popularidad como una licencia para hacer lo que quiera sin temor a ninguna represalia.
Recientemente, en uno de sus tuits lo llamó un “populista autoritario y popular”. Al ser consultado por este medio sobre esa etiqueta en particular, Vivanco recordó que Bukele ha acosado y atacado a funcionarios como los magistrados de la Sala de lo Constitucional, a quienes después de un tiempo logró sacudir de sus cargos para tener una corte a su medida.
Esto, reitera, es sintomático de líderes que “deliberadamente confunden popularidad, tras las encuestas que ellos mandan a hacer, con legitimidad”, de tal manera que gobiernan de manera arbitraria y autoritaria.
La excusa de estos gobernantes autoritarios prosigue, es que siguen siendo populares y argumentan que serlo les permite no tener que rendir cuentas a nadie. “No tienen márgenes ni límites para el ejercicio del poder”, lamenta.
Y si bien esta es una crítica que este experto chileno ha hecho a lo largo de la presidencia de Bukele, esto se ha agravado con el presente régimen de excepción aprobado en El Salvador la madrugada del 27 de marzo. Adicionalmente, la Asamblea Legislativa ha dado trámite exprés a otras reformas numerosas que aumentan penas a delitos por pandillas, pero también a normativas que resultan ambiguas y bien podrían utilizarse para criminalizar la crítica o la defensa de los derechos humanos.