Letter to the international community: Draw the red line in El Salvador/ Carta a la comunidad internacional: Pinten la raya a Bukele

Nov 21, 2021

In his column “Cartas de Paolo Luers”, the author sustains that the Foreign Agents Act proposed by president Bukele is a law against international cooperation./ En su columna “Cartas de Paolo Luers”, el autor argumenta que la Ley de Agentes Extranjeros propuesta por Bukele es una ley contra la cooperación internacional.

Dear friends:

The conflict over Bukele’s Law of Foreign Agents is with you. It is against your right to freely choose the goals and the counterparts of your cooperation with El Salvador. And it is an insult: If whoever is counterpart of your cooperation agreements is considered and treated as ‘foreign agent’, you will be considered and treated as entities that conspire against El Salvador. 

We have written extensively about the different elements of this law – all of them negatives for our country and its foreign relations: the confiscation of 40% of all funds received by Salvadoran foundations and NGOs from foreign governments, cooperation agencies or foundations, whenever the government considers their activities political; the introduction of penal sanctions for those who violate this law, similar to those used by Ortega to prosecute journalists, officials of foundations and opposition leaders; the creation of a new directorate in the Ministry of the Interior in charge of “supervising” the work of independent organizations and “controlling their activities”.   

These three elements alone, each one a legal aberration, would suffice to reject this law. 

It’s doesn’t serve transparency nor does it just regulate, like in many other countries, as the government wants to make you believe. It a confiscatory and repressive law.  

But be careful: Let’s see the forest, not just the trees. The evil intention lies in the very concept behind this law. Consider an ‘agent’ of a foreign power whoever has links of cooperation with governments, cooperation agencies, churches, labor unions, local governments and or foundations of other countries, is an insult to the international cooperation. It’s also an attack on the right of the international community and its national counterparts to freely choose how to serve the social progress and the protection of the rights and liberties of the Salvadorans.

Only retrograde rulers, who in order to feed their delusions of power, need to create internal and external enemies  to hate, can conceive laws like the one we’re discussing, that talks about ‘treason’, defense of national sovereignty and the alteration of public order.  

So, my dear friends in United Nations, the OAS, in the governments and parliaments of other countries and in foundations that promote and defend human and civil rights: This conflict is yours. Face it! You cannot give a dime to a government that doesn’t respect your right to support independent projects. That’s why you don’t give money to the regimes in Cuba, Iran, Afghanistan, Venezuela and Nicaragua. El Salvador has joined this club.

Sincerely, Paolo Luers

EDH

Carta a la comunidad internacional: Pinten la raya a Bukele

Estimados amigos:

El pleito sobre el proyecto de la Ley de Agentes Extranjeros de Bukele es con ustedes. Es contra su derecho de decidir los fines y las contrapartes de su cooperación con El Salvador. Y es un insulto: Si quien es contraparte de sus acuerdos de cooperación es tratado como “agente extranjero”, ustedes son entidades que conspiran contra El Salvador.

Hemos escrito, leído y discutido bastante sobre todos los elementos de esta ley, todos negativos para el país y sus relaciones con el exterior: la confiscación de 40% de los fondos, que fundaciones y ONG salvadoreñas reciben de gobiernos, agencias de cooperación y fundaciones extranjeras, siempre cuando el gobierno considere ‘proyectos políticos’ los apoyados; la introducción de sanciones penales por violar esta ley, así como se ha usado en Nicaragua para encarcelar a periodistas, directores de organizaciones cívicas y candidatos opositores; la creación de una entidad subordinada al ministerio de gobernación que “supervisará” la labor de organizaciones independientes, “llevando el control de sus actividades.”

Estos elementos, cada de uno una aberración jurídica, serían suficientes para rechazar  esta ley. No es una ley de transparencia, ni una ley de regulación, similar a las que existen en muchos países, como el gobierno quiere hacer creer a la comunidad internacional. Es una ley confiscatoria y represiva.

Pero ojo: No nos vayamos por las ramas. La mala intención esta en la mera concepción de esta ley. Considerar “agente” de un poder extranjero al que mantenga vínculos de cooperación con gobiernos, agencias de cooperación, iglesias, sindicatos, gobiernos locales o fundaciones de países amigos, es en si un insulto a la sociedad civil y a la cooperación internacional. Es un ataque frontal al derecho de la comunidad internacional y sus contrapartes a libremente decidir cómo quieren aportar al bienestar y la protección de los derechos y libertades de los salvadoreños. 

Sólo a gobernantes cavernícolas, que para sus delirios de poder necesitan crear enemigos internos y externos contra los cuales promover el odio, se les ocurre una ley como la que estamos discutiendo, que habla de traición a la patria, de defensa de la soberanía, y de alteraciones del orden público. 

Entonces, estimados amigos en Naciones Unidas, en la OEA, en los gobiernos y parlamentos de los países amigos, y en las fundaciones que promueven los derechos humanos y civiles: Este pleito es con ustedes. Enfréntenlo. No pueden dar un cinco a un gobierno que limita su derecho de financiar proyectos independientes. Por eso no dan dinero a los regímenes en Cuba, Irán, Afganistán, Venezuela y Nicaragua. El Salvador se está ganando un lugar en este club.

Saludos, Paolo Luers

EDH